Historia de un vestido: Rocío Jurado y el diseño del escándalo

Son muchos los vestidos icónicos que han hecho historia o que han supuesto todo un cambio en el desarrollo del mundo de la moda. Respondiendo a cambios sociales, como auténticos emblemas del feminismo y de la liberación de la mujer o como armas políticas, hay vestidos que traspasan la frontera de la estética y se han quedado grabados por siempre en la memoria colectiva.

Si bien muchas veces ponemos el foco en otros países, dentro de nuestras fronteras son muchos los diseños que supusieron toda una revolución para la moda. Uno de los vestidos más inolvidables de nuestra historia es, sin lugar a dudas, el que Rocío Jurado lució durante una actuación en el programa ‘Cambie Su Suerte’ en 1974. Ni el programa ni la cantante, que era la invitada para actuar aquella noche, podrían haber imaginado la repercusión que tendría la emisión de aquella noche por el estilismo con el que la cantante interpretaría Soy de España y Un Clavel.

Cuando aún no se hablaba de naked dresses, Rocío apostaba por un vestido largo de gasa semitransparente, protagonizado por apliques en forma de joyas y flecos en la parte centran que parecen emular un body o bañador.

El vestido, aunque esquivó la censura, escandalizó a gran parte del público debido a un profundo escote en V que llegaba hasta el ombligo. De hecho, se dice que la esposa de uno de los ministros del gobierno franquista llamó a TVE para calificarlo de «vergüenza» y gran parte de la prensa no habló de otra cosa durante semanas.

Tal fue la revuelta que el estilismo de Rocío Jurado hizo sombra a la muerte del presidente francés, Georges Pompidou, que fallecía la madrugada del 2 de abril de 1974. Ella misma lo mencionaba en una entrevista en durante el programa ‘Blanco y Negro’: «El día de mi destape en televisión murió Pompidou. Al día siguiente en España se hablaba más de mí que de él».

Asimismo, Rocío Jurado explicaba en una publicación que se vestía como las mujeres de su tiempo, y que pedía perdón si alguien se sentía ofendido, defendiendo su elección y sin llegar a comprender la revuelta que podía causarse por una prenda, aunque según afirmaba las únicas cartas que le habían llegado eran apoyando su decisión. Cansada de que le preguntaran por ello sin cesar, la andaluza sentenciaba «Yo creo que mi destape ha sido más artístico que corporal. Yo pienso que el destape es mucho más importante si es mental».

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