La mascarilla más cara del mundo cuesta 1,5 millones de dólares
El uso de mascarilla se ha convertido en algo imprescindible en la prevención del coronavirus, por eso ahora mismo no hay persona que no cuente con ellas (más nos vale, puesto que su uso en España vuelve a ser obligatorio). Pero mientras que la mayoría de personas las adquirimos en supermercados, farmacias o, en el caso de las mascarillas de tela, en tiendas como Mango, Asos, Amazon… hay quienes se las encargan a joyeros para que resulte una pieza exclusiva. Y es que el el lujo no está reñido con la pandemia.
El propietario de la joyería israelí Yvel, Isaac Levy, ha sido el encargado de diseñar la que es, hasta ahora, la mascarilla contra el Covid-19 más cara del mundo: una pieza que aún se encuentra en construcción y que tendrá un precio final de 1,5 millones de dólares, casi 1,3 millones de euros al cambio.
¿Y qué tiene esta mascarilla para tener un precio tan elevado? Pues que está fabricada con 250 gramos de oro puro de 18 quilates y ha sido engastada con más de 3.000 diamantes naturales. Un proyecto en el que están trabajando 25 joyeros expertos para cumplir con el plazo de entrega: se la darán a su comprador el 31 de diciembre.
Detrás de la adquisición de la mascarilla se encuentra un cliente habitual de esta joyería de lujo, un multimillonario chino de Shanghái que reside en Estados Unidos y cuya identidad se ha mantenido anónima. Y, sorprendentemente, fue el mismo quien exigió a la joyería el requisito de que la mascarilla fuese la más cara creada hasta la fecha: «Fue bastante fácil para nosotros superar este desafío», ha explicado Isaac Levy, según apunta The Jerusalem Post.
Una mascarilla que además de glamurosa, también es eficaz: proporciona, según Levy, el mayor nivel de filtración y cumple los estándares más estrictos. «El dinero quizá no lo compre todo, pero sí puede comprar una mascarilla muy cara contra el coronavirus. Y si el hombre quiere llevarla por la calle y acaparar la atención, debería estar feliz con ello», admite el joyero.
Vía: Women’s Health ES
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