Las 11 siluetas más famosas de Christian Dior: del elegante traje Bar al maravilloso vestido Eugenie

Antes de que todo comenzase, el joven Christian Dior tuvo dos referentes e imágenes principales a lo largo de su vida que fueron clave para su trayectoria: las flores aromáticas del jardín familiar en su casa de Granville y el estilo parisino de las mujeres de la clase alta que iban a veranear a su región. Así comenzó a coser en su imaginación uno de los grandes templos del mundo de la moda que esta semana ha lanzado una nueva mini-serie de podcast Dior Talks, Mes Chéries: The Women of Christian Dior. Compuesta por cuatro episodios, presenta a las mujeres que inspiraron la pasión creativa de Christian Dior. Fue grabado en 2019 en Victoria & Albert Museum durante la exposición Designer of Dreams en Londres como una conversación entre Oriole Cullen, conservadora de Victoria & Albert Museum y Justine Picardie, escritora de moda y periodista. En el primer episodio hablan sobre dos de las mujeres más importantes e influyentes en la vida de monsieur Dior: su madre y su hermana. Pero no fueron las únicas. Hubo una periodista esencial en su historia, Carmel Snow –directora de Harper´s Bazaar–. Ella bautizó a sus siluetas de faldas amplias, cuerpos ceñidos y cinturas de avispa como New Look tras asistir el 12 de febrero de 1947 –el último día de la semana de la moda– a la presentación de su primera colección de Alta Costura, Corolle, en el palacete de Avenue Montaigne 30 de la ciudad de París ante la prensa internacional y amigos. Dior vivía su momento de apogeo en plena posguerra.

El proyecto que vio la luz a finales de los años cuarenta fue el pistoletazo de salida necesario para protagonizar uno de los momentos icónicos de la industria de la moda. Esta colección con un estilo moderno y femenino renovaría por completo el vestuario femenino y la vida del propio Dior.

Su figura más conocida es el famoso New Look, pero también diseñó otras estructuras y estilos maravillosos que redefinieron la elegancia de las mujeres de los años cincuenta.

Traje bar

Sería este primer desfile el que le daría la oportunidad de llegar a los más alto del mundo de la moda. Una colección bautizada como Corelle que constaba de veinticuatro modelos diferentes, pero hubo uno que llamó la atención de todos los invitados. Una pieza de estructura arquitectónica con una clara inspiración: el momento de tomar una copa enfundado en un traje sastre en el conocidísimo hotel Plaza Athénée.

Christian Dior dio una vuelta de tuerca al clásico atuendo masculino para incorporarlo al repertorio estilístico de la mujer, pero con algunos cambios que fueron claves en el proceso. Así nació el traje bar, un atuendo que revolucionó los parámetros de la moda: cintura entallada, caderas ensanchadas, hombros redondeados y pecho realzado, una prenda que combinaba a la perfección con una falda evasé por debajo de la rodilla.

Chérie

Fue en la misma colección del New Look –en la presentación de febrero de 1947– cuando este vestido nombrado como Chérie se postuló como uno de los diseños más sencillos y atemporales de la casa de moda, el favorito de Christian Dior. Es una pieza de Alta Costura realizada por completo en seda tintada en azul noche con una estructura muy femenina: busto elevado y cintura de avispa, hombros inclinados y falda plisada de corte midi con gran volumen.

Bonbon

Fue uno de los diseños que más éxito tuvo durante esa primavera del 47 con más de 120 unidades vendidas en pocos meses. En realidad, se debió a un error de cálculo del precio: se vendió más barato de lo que costó producirlo. A pesar del fallo técnico, Christian Dior llegó a más armarios de los que creía con este sencillo vestido con forma de reloj coronado llamado Bonbon, una pieza totalmente atemporal hecha en lana color rosa pálido y acompañado de un cinturón marrón de piel.

Dioroma

Es la prenda ideal para lucir durante el día: se ajusta a la cintura y con su amplia falda con vuelo que pesa alrededor de unos tres kilos se ha convertido en un icono de la feminidad. Este diseño conocido como Dioroma está confeccionado con la mejor lana negra del mercado. Pertenece a la segunda colección estrella de Dior, la de la temporada de otoño–invierno de 1947.

Eugenie

Fue uno de los vestidos de gala más aclamados durante su primera etapa como modista. Y con razón. El modelo Eugenie presentado en la colección de Alta Costura de la temporada de otoño–invierno de 1948, estaba realizado exclusivamente a partir de dos materiales: nylon y cuero. Dos tejidos con los que Dior haría magia.

El cuerpo, de tirantes y con escote estilo corazón, estaba confeccionado con una delicada lencería. En el pecho incluía una hilera de pequeños botones a juego con un cinturón con hebilla de piel. La voluminosa falda compuesta por infinidad de capas de tul era la esencia del modelo.

Coquette

"El vestido de baile que le haga soñar debe ser aquel que la convierta en una criatura de ensueño", decía Christian Dior. Este diseño que luce la modelo Wenda Rogerson de la línea de Alta Costura del 48 recibió el nombre de Coquette, y fue el favorito de las clientas más elegantes de por aquel entonces. Se trata de un vestido inolvidable: las aberturas de la espalda son uno de sus atractivos más modernos, aparte de una la amplia falda que llega hasta el suelo y está realizada en satén.

Junon

De todos los maravillosos diseños que el modista francés esbozó y realizó a lo largo de su vida hubo uno que deslumbró –y sigue deslumbrando– al mundo entero: Junon. Nos referimos al llamativo vestido blanco que luce la modelo sobre la escalera de forma excepcional. Un traje de noche presentado en la colección Milieu de Siècle de otoño–invierno de 1949. La parte superior es de corte bustier y la inferior corresponde con una amplísima falda estilo corola con innumerables estructuras confeccionados con lentejuelas de colores que recrean los pétalos de una flor que al extenderse forman una larga y espectacular cola.

Abandon

Nunca un dos por uno había sido tan elegante. Este diseño nombrado Abandon es en realidad un vestido–abrigo creado por Christian Dior para su colección de Zig Zag de 1948. Consiste en un modelo de crepé de lana gris con el cuello de gran volumen y asimétrico; una auténtica obra arquitectónica de tejido. Un item que pasó a ser el tesoro fashionista más importante de las clientas más fieles de la maison francesa a finales de los cincuenta.

Cisne negro

El vestido de noche que brilló durante la presentación de la colección otoño–invierno 1950 es el llamado Cisne negro con el que posó la modelo Barbara Goalen en el metro de Londres, la pieza icónica del desfile; un vestido de satén confeccionado en seda y terciopelo que está construido en dos partes individuales. El cuerpo superior sin mangas ajustado al cuerpo –como si fuera un corsé– se une con varios cierres a la falda, que a su vez está adornada con grandes paneles de terciopelo de seda formando un lazo enorme.

Zaire

Es el vestido rojo por antonomasia. Durante la carrera profesional de Dior no podía faltar una pieza como ésta que, por supuesto, era de Alta Costura. Una de sus modelos más queridas, Victoria, fue la encargada de lucir el vestido Zaire durante el desfile de la colección otoño–invierno 1954. Un diseño que robó la mirada de todos los invitados: de escote corazón con varios botones en el lateral del cuerpo combinado con una amplísima falda de tul rojo y lazo en la cintura.

Muguet

Si Gabrielle Chanel era amante de la camelia, Christian Dior lo fue del muguet. Su flor fetiche tuvo presencia en varias de sus colecciones, incluso fue la protagonista estrella de la línea de primavera–verano de 1954. Esta pasión por el muguet continuó como una constante en las siguientes colecciones de la maison.

El modista consideraba a esta flor uno de sus talismanes más preciados. No había desfile en el que las costureras no incorporasen en el último momento una pequeña brizna de muguet en el borde de alguna manga o vestido, o en el reverso del cuello de los trajes sastre que lucían las modelos.

Tal era su amor por esta flor primaveral que su florista habitual, la señora Dedeban, las cultivaba en un invernadero acondicionado durante toda la temporada exclusivamente para él. De manera que Dior podría llevar en cualquier momento del año el muguet en el ojal de su chaqueta.

Fuente: Leer Artículo Completo