Las modelos de los 2000 desfilan para Isabel Marant

Cada generación cuenta con un elenco de modelos que le representa. Los amantes de la moda lo sabrán, porque más allá de las tops de los años 90 como Naomi Campbell y de las actuales nepo babies que protagonizan la industria sobre las pasarelas, hubo un grupo que se alzó en fama a la par que proliferaban en el mundo online las primeras plataformas web las presentaban. Hablamos de esos rostros nuevos que comenzaban a aparecer, una y otra vez, en desfiles, editoriales y en páginas como models.com. Muchas millennials fashionistas estudiábamos sus nombres sin cesar durante tardes, como hacíamos también con los looks de street-style de otros portales, siendo lookbook.nu nuestro favorito.

Puede que si lo piensas ahora mismo no las recuerdes de inmediato, pero al mencionar sus nombres seguro que más de una formaba parte de tus favoritas: Natasha Poly, Jessica Stam, Kasia Struss, Anna Selezneva o Sasha Pivovarova, entre otras. Que esta última, de hecho, haya sido una de las elegidas para protagonizar una de las campañas más recientes de Zara ya vaticinaba lo que hemos podido comprobar en esta última edición de Paris Fashion Week: que la fiebre ‘Y2K’ no solo trata de seguir las tendencias de moda, sino también de escoger a modelos. Y es que todo tiene sentido, porque en un momento en el que la tradición parece ser el nuevo lujo, antes de que las consultoras de moda y las influencers tomaran los front rows, ellas eran las que inspiraban en estilo. También sus looks sin aparente esfuerzo eran los más fotografiados por las cámaras antes de trabajar en los desfiles.

Ahora, en un throwback a aquella época, la firma de la diseñadora francesa ha cautivado toda la atención subiendo a su pasarela de esta última edición de la Semana de la Moda de París a todos los nombres que más peso tuvieron en los primeros años de los 2000. Escogió a los rostros más afamados de aquella época para presentar su colección de primavera/verano 2023-24 y las vistió como ellas mismas se habrían vestido por elección propia.


El desfile de Marant se trató de una declaración de intenciones sobre el deseo y el desorden, los dos ejes vertebrales con los que mostró una propuesta que lleva como sello su minimalismo en prendas sencillas y plot twists rompedores: cremalleras, escotes originales, botones en lugares estratégicos, transparencias y diferentes prendas que, en palabras de la propia marca, respiran una «especie de irreverencia y actitud sexy poco convencional».


Entre los colores que pudimos ver en el desfile destacaron los tonos tierra, los beige, el azul y, como es costumbre, el negro. Todos ellos bañaron prendas de tejidos como el denim (que está siendo ya una de las pautas de estilo más repetidas del año), el punto o la lana. Y si hablamos de siluetas, los volúmenes se apoderaron de la pasarela conjugándose con prendas cropped, otras ceñidas al cuerpo y detalles de lurex o bordados. Poco fue lo que faltó en el desfile de Isabel Marant. Un gran homenaje a la nostalgia.




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