Las mujeres de Jean Paul Gaultier: Edwige, Farida, Madonna, Rossy… Y ahora, Alba Flores

En 1995 los presentadores del programa de televisión Eurotrash, Antoine de Caunes y Jean Paul Gaultier, se disfrazaron una vez más del príncipe Carlos y de Lady Di. "Hemos recibido tantas quejas de los telespectadores que no nos ha quedado otra que… Volver a hacerlo", dijo De Caunes. A su lado, el diseñador (Arcueil, París, 1952), perfectamente caracterizado como la princesa de Gales, imitaba su media sonrisa. En la parodia hay muchas de las cosas que nos gustan de Gaultier, las mismas que han marcado una trayectoria que acaba hoy –al menos como la conocíamos– con su desfile de Alta Costura primavera/verano 2020: humor, descaro, sarcasmo, irreverencia y un ídolo de la cultura popular -en este caso, la princesa del pueblo- al servicio de todo lo anterior. Gaultier no llegó a vestirla pero sí a Carolina de Mónaco a quien su madre, Grace Kelly, intentó emparejar por cierto -sin éxito- con Carlos de Inglaterra. Carolina fue al Baile de la Rosa del año 2000 con un vestido de alta costura inspirado en una de las prendas que popularizó Gaultier, la camiseta bretona. Para el resto -la corsetería, el sadomasoquismo, la imaginería religiosa…- éste se buscó a sus heroínas en el cine, el teatro, el vodevil o la escena nocturna parisina.

Ahí, en la célebre sala de fiestas Les Bains, encontró precisamente a la primera de ellas: Edwige Belmore. "Tenía el pelo oxigenado y tatuajes, era como una punkie de alta costura", recordó Gaultier en una entrevista. "La saqué en mi desfile otoño-invierno de 1979, que estaba inspirado en James Bond, cantando My wayde Frank Sinatra en la versión de Sid Vicious". Belmore le inspiró una de sus ideas más reconocibles: el sostén a la vista. "Fue como una post-liberación de la mujer. Primero quemaron los sujetadores, luego se los volvieron a poner pero con rebeldía. Casi como un instrumento de seducción".

Poco después Jean Paul Gaultier vio en la televisión un vídeo musical. Holiday de Madonna. "Pensé que debía ser inglesa -es un enamorado confeso de la cultura anglosajona-, porque los americanos no vestían así. Su aspecto de entonces era una mezcla de lo que yo hacía, muy underground. Me sedujo cómo ella misma se creaba su atuendo, sin necesidad de estilista". Cuando la artista se puso un corsé negro y dorado de Frederick’s of Hollywood para el clip de Open your heartGaultier pensó ‘¿por qué no me llamará a mi?’ Madonna, finalmente, lo hizo. Le encargó el vestuario de su gira mundial Blonde ambition (1990), la de los corpiños con los pechos en forma de cono -ocurrencia que había ensayado de niño en su osito de peluche-. El francés aceptó el encargo porque era muy fan de la cantante, no porque fuese bueno para su carrera. Además, se hicieron íntimos, hasta el punto de que Gaultier le ha propuesto matrimonio en tres ocasiones.

El pasado junio, cuando la revista Tatler le preguntó si iba en serio, el interesado respondió: "En cierta manera, sí. Yo sabía que era imposible, y quizá lo hice por eso. También para expresarle lo mucho que la quiero y admiro. Un día ella me dijo que mantener una relación romántica no era una buena idea. Los hombres le han hecho sufrir. Yo le prometí que no sería así. ‘Eres tú el que iba a pasarlo mal", me contestó. Con el tiempo, Madonnna sí que se casó. En 2000, con el director de cine Guy Ritchie y vestida de Stella McCartney. Gaultier asistió a la fiesta en un castillo escocés. En un momento dado Ritchie se levantó el kilt para demostrarle que, efectivamente, llevaba esta prenda tradicional como se debe, sin nada debajo. "Comprendí de inmediato por qué estaba tan enamorada de él", comenta Gaultier con sorna.

Además de a Madonna, Gaultier confeccionó el vestuario de la gira KYLIEX2008 de Kylie Minogue, otra de sus íntimas y, por tanto, invitada del espacio televisivo Eurotrash, en cuya intervención sale con el que parece su autentico color de pelo: castaño, como la ambición rubia. El favorito de Jean Paul Gaultier. "Me encantan las brunettes", admite. "Puede que sea porque yo soy rubio de ojos azules, amo a la gente que es opuesta a mí. Como Farida Khelfa. Ella es de origen argelino. Es simplemente genial. La amo porque además tiene sus propias opiniones. Me gusta demostrar que la belleza está en la diferencia. Hay que ser uno mismo", subraya este defensor acérrimo de sus principios que, sin embargo, siempre se ha cuestionado todo, hasta sus propias verdades. "Lo que es bueno, lo que es malo, lo qee es elegante. Cuando trabajé en Jean Patou la gente decía lo chic que les parecían el beige y el dorado. Yo pensaba que qué horror, que prefería el negro. E iba a trabajar con botas de montar, como un caballero. Mis compañeros me vacilaban, ‘dónde está tu caballo’. Pero siempre me ha gustado distinguirme y sacar mis propias conclusiones".

Gaultier, que en las últimas décadas ha sido objeto de varias exposiciones y cuenta hasta con su propio musical, Fashion Freak Show, es también el responsable de que David Beckham adoptase el sarong como una de sus prendas favoritas. Una prenda que, por cierto, presentó sobre la pasarela -en 1994- otra de sus mujeres favoritas: la actriz española Rossy de Palma, a quien conoció en Madrid en la década de los 90, en la sucesión de fiestas y homenajes quePedro Almodóvar organizó en Madrid en honor de Madonna con ayuda de Piedy Aguirre. En 1993 Gaultier se encargó del vestuario de la película Kika -también lo ha hecho de títulos como El quinto elemento, de Luc Besson, o La ciudad de los niños perdidos, de Jean-Pierre Jeunet– en la que De Palma interpreta uno de los papeles protagonistas. Su amistad perdura desde entonces y la actriz prarticipó el último desfile de prêt-à-porter de Gaultier, en 2014, que llamó Élection de Miss Jean Paul Gaultier 2015 y en el que jugó con varios estereotipos, de la mujer del futbolista a la editora de moda. "Nunca he dicho que quisiera cambiar el mundo con mi trabajo. No, solo quiero hacerlo porque… Me gusta jugar un juego. Una charada", reconoce.

Su nueva musa española es Alba Flores. La protagonista de La casa de papel acudió a los Premios Feroz con un esmoquin de Jean Paul Gaultier y es una de las invitadas al último desfile del modista. Que, naturalmente, no se retira: "¡No, no, no! ¡Nunca! Jamais!", declaró en una entrevista reciente. Celebrará 50 años en la industria el día de su 68 cumpleaños, el 24 de abril de 2020. Ojalá se disfrace de Lady Di.


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