Un vestido midi y unos zapatos de tacón kitten como los Eugenia de York te salvarán la vida

Eugenia de York pocas veces tira por el camino de en medio. O practica el minimalismo puro y duro y lleva la sencillez hasta sus últimas consecuencias, o se emperifolla de arriba abajo con faldas globo, bikers de piel sobre vestidos de gala, prendas de colores chillones y por supuesto, tocados de Philip Traecey, el sombrerero de las celebrities y la realeza

Estilosa (casi) siempre, una de sus últimas publicaciones en su cuenta de Instagram viene a demostrar lo que acabamos de decir, pues apostar por un total look negro es una decisión sabia y acertada los 365 días del año. Sobria y elegantísima, su estilismo para ir a trabajar nos chifla, pues es el típico que te puedes poner a modo de uniforme, y no equivocarte ni aburrirte jamás.

© Cortesía Instagram

El único adorno que tiene el sencilo vestido midi, con falda de vuelo y manguita larga de Eugenia de York es la cremallera plateada con una arandera redonda a la altura del pecho. Nada más. Ni estamapdos, ni bordados, ni un solo hilo de color. ¿Para qué más si el vestido lo tiene todo, por el mero hecho de no tener nada? Más ajustado en la parte superior, es el típico que sienta bien a todas, pues marca la cintura pero el diseño acampanado de su falda hace que no se marca nada de ombligo para abajo.

Un patrón tan clásico y favorecedor como este admite muchos tipos de calzado, aunque si hay que ir elegante el escogido por la nieta de la Reina Isabel II es sin duda el más apropiado. Con unos salones tan versátiles como su estilismo, se caracterizar por tener el tacón kitten, el que tiene la altura justa (no más de 4 o 5 centímetros)  para aguantar con ellos muchas horas de pie.

Así, elegante pero cero aburrida, Eugenia de York nos ha recordado que no hay mejor uniforme que un vestido negro, ni mejores zapatos que los que tienen una altura discreta. Tendencia hoy y en 2039, ambas prendas te salvarán de más de un imprevisto o todavía más mañanas en blanco frente al armario. 

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