‘Comando al sol’ viaja de Calpe a Sitges, pasando por Priego de Córdoba
En el verano de los viajes de cercanía y de las playas sin masificar Comando al sol se acerca a Calpe, símbolo de la Costa Blanca, con el segundo peñón más grande de Europa después de Gibraltar. Tierra adentro, el programa recorre parte de la Ruta del Califato, con paradas en Priego y Zuheros. Y vuelve a la costa para conocer Sitges: el mar y la montaña de uno de los destinos más populares de la Costa Dorada.
Símbolo de la Costa Blanca. Tiene 332 metros de altura, 60 especies de aves y una imponente vista de Calpe y del Mediterráneo. Subir a la cima del Peñón de Ifach es uno de los atractivos que ofrece durante el verano la localidad alicantina. José y Oti viven en Xanadú, un bloque de viviendas famoso por sus formas imposibles y su color verde. Desde su terraza se divisa la Muralla Roja, un bloque de viviendas diseñado por Ricardo Bofill que se ha convertido en lugar de culto. Conocida por su clima y el color de sus aguas como la nueva California europea, Calpe es además un destino gastronómico de tradición marinera que presume de estrellas Michelin, más que ninguna otra localidad de Europa.
Priego de Córdoba y Sitges
En la ciudad del agua hay 35 fuentes. La más famosa, icono de Priego de Córdoba, cuenta con 139 caños. El agua brota en este pueblo cordobés al que llegan cada verano 33.000 turistas. Es famoso por sus olivos, por su industria textil y por su aceite de oliva. El elixir virgen extra lo utiliza Rafael para dorar sus patatas fritas y ha puesto a Priego en el mapa del mundo. Hasta 1.200 kilos salen a diario hacia Japón, Suiza o Corea. Junto a la Vía Verde del Aceite se encuentra Zuheros. Manoli es la guía de su castillo del siglo IX. El mayor atractivo turístico de la localidad cordobesa se funde con la piedra y las casas encaladas sobre el mar de olivos, su Cueva de los Murciélagos y sus barrancos, desplomes y agujeros, disfrute de senderistas.
Mar y montaña. Cinco playas de azules ondean este verano en la costa de Sitges, abrazada por la Sierra del Garraf y con impresionantes casas indianas. De sus aguas beben los caldos con los que se cuece el arroz a la sitgetana. El jugo de la receta que funde los sabores de mar y montaña lo recuperó del olvido el padre de Antón y ahora es uno de los platos más buscados por los viajeros. El plato invita al paseo en bici por la Sierra del Garraf y acaba al atardecer con una copa de malvasía entre viñedos.
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