El lado más oscuro de Mario Casas en ‘El practicante’
Volcado en la promoción de su segunda película para Netflix, Mario Casas bromea con su intensidad en escena. Pero esta vez El practicante, que se estrena el miércoles 16, le ha llevado a límites insospechados en la interpretación y también en el terreno emocional.
¿Se ha hecho larga la espera?
Un poco. Tenía ganas de que se viera la construcción de este paramédico que se queda paralítico, muy distante de la imagen que se tiene de mí. Ya me di cuenta al leer el guión que era un riesgo sumergirme en un trastorno de personalidad, pero estoy muy contento.
¿Supone el comienzo de otra etapa en tu carrera?
No, no creo. Estoy acostumbrado a tirarme a la piscina y huir de las zonas de confort. Aunque es verdad que me coge en una buena edad, con 34 años y más herramientas.
¿Cuál ha sido el mayor reto?
Es un villano psicológico, algo que no había hecho, que sufre una degradación bestial. Y solo una vez terminado el rodaje, me di cuenta de que esa maldad se había apoderado de mí, que yo sufría inconscientemente. Hay escenas ‘reales’ en las que estaba conectado con él por completo.
¿Un villano de cine parecido que recuerdes?
Me impactó mucho Javier Bardem en No es país para viejos. Su construcción estratosférica de la maldad me dejó marcado. Esa mirada sin emoción y el físico…
Aquí también hay un cambio de imagen notable.
El psiquiatra con el que trabajé me ayudó a analizar a este tipo de enfermos, obsesionados también con la imagen. De ahí las entradas en el pelo, queagravan su psicopatía. Creo que he conseguido construir algo muy distinto y que el público se olvidé de mí.
¿Sientes el respeto del público?
Creo que siempre lo he tenido. Pero ahora sí que hay otro tipo de espectador reacio a ir al cine que, gracias a las plataformas, conoce otros trabajos míos y me analiza más como actor no por la imagen que se tenga de mí. Pero, de todos modos, soy un privilegiado.
¿Volverás a la comisaría de Los hombres de Paco?
Sí, estaré allí porque la serie me dio a conocer, forma parte de mi proceso vital y profesional, y compartí un sueño con grandes actores. No pude negarme cuando me llamó Luis San Narciso, el director de casting, que apostó por mí en SMS y luego en Los Pacos.
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