‘Inocentes’, el resumen de los capítulos 58 y 59 de esta semana: ¿Qué oculta Naci?

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    Esta semana en Inocentes Safiye y Gülben descubrieron la obsesión de su hermano con la basura. Las dos estaban muy enfadas porque su hermano no les hubiera contado nada antes acerca de su trastorno. Safiye, dio un paso más en su reacción y echó a Han de casa: “Te hartaste de decir que nosotras necesitábamos un psicólogo ¿y tú? No puedo creer que nos hayas estado ocultando algo tan grave.

    El joven, que se sintió humillado por su familia, se marchó a dormir con Anil al hotel de enfrente. Creía que era el único que podía entenderle en ese momento. Esra se acercó hasta el lugar, pero prefirió no intervenir en los asuntos de los Derenoglu y se marchó después de dejar un poco de comida para el par de amigos.

    No obstante, el brote de ira de Safiye no duró mucho, sobre todo, luego de que esta hablase con Naci acerca de lo sucedido. La mujer recapacitó, entendió que su hermano solo era una víctima más de su progenitora y fue a buscarle la noche de después a uno de los vertederos donde recogió sus trastos y papeles.

    Esat le prometió a Gülben que siempre estará a su lado

    Tras pedirle que le acompañase a casa, ella misma se encargó de lavarle el pelo y el cuerpo. Mientras tanto, ambos lloraban, siendo conscientes del daño que la presencia de su autoritaria madre provocó en sus vidas.Han se quedó dormido en su cuarto.

    La mañana de después, bajó a desayunar con su familia. Hikmet estaba contento de tener a su hijo con él de nuevo. A la par que comían, el anciano comentó que Naci le estaba ocultando algo a Safiye: “Lo leí en su diario, pero no recuerdo qué es”. El profesor, por supuesto, intento fingir que eran delirios de su suegro.

    Esat descubrió el cuarto en el que su esposa guarda las sábanas manchadas con su orina. La mujer le explicó que era incapaz de tirar nada: “Si quieres divorciarte de mí, lo entenderé”. Esat le dejó claro que nunca la abandonaría y ella, en respuesta, cogió una de las bolsas y se dirigió a la basura. Era su promesa de que acabaría de una vez con sus rarezas.


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