La televisión entra en las aulas
La ficción ha convertido la pantalla en un libro que habla de los conflictos adolescentes. La última en debatir sobre la educación es HIT, una ficción cuya emisión va seguida del debate ¿Quién educa a quién?, conducido por Mamen Asencio. Pero la serie de La 1 no es la única que ha metido las cámaras en las aulas. Te mostramos las ficciones que han abordado antes los problemas de los jóvenes.
‘HIT’
HIT son las siglas de Hugo Ibarra Toledo (Daniel Grao), un tipo de coach influencer de la pedagogía, que se refugia en su faceta de gurú tras un suceso dramático. Al estilo de Hermano mayor se mueve en un contexto de agresiones entre alumnos, amenazas a profesores, conductas extremas, desobediencia…Todos los males del ‘fallido’ sistema educativo en una serie. Con esta producción de Ganga (Cuéntame), TVE pone sobre la mesa los problemas de nuestra sociedad y provoca el debate sobre el servicio público de la educación. «No es una ficción fácil ya que resulta controvertida; el protagonista habla sin filtro y eso choca en una pública. Pero es muy necesaria», dice su creador, Joaquín Oristrell.
Huye de la condescendencia y la infantilización, propone más preguntas que respuestas y muestra el desencanto juvenil ante un mundo que han destruido sus mayores. TVE ha apostado también por generar conversación sobre los desafíos a los que se enfrentan los jóvenes en el debate posterior, Quién educa a quién.
‘SKAM’
Esta ficción, que sigue el formato de la original noruega adaptándose a la situación de los jóvenes españoles, no pretende enseñar a estos qué hacer con su vida, ni es un libro de psicología, pero sí una ventana. Enseña herramientas para gestionar, normalizar y romper prejuicios. A través de los ojos de cada una de sus protagonistas, se han abordado temas como la vergüenza, la soledad, el reconocimiento de uno mismo, el bullying, la bisexualidad, el feminismo… Y las historias de los personajes de Alba Plana, Inés Ferreiro, Nicole Wallace, Celia Monedero y Hajar Brown se han ido completando con mensajes e imágenes en redes y han propiciado un fenómeno fan que ha traspasado la ficción.
Las cuatro temporadas ya están disponibles en Movistar+.
‘SEX EDUCATION’
El éxito de esta serie británica –la tercera temporada, en enero de 2021 en Netflix –está en la naturalidad con la que se abordan asuntos poco explorados en series juveniles. Otis Melburne (Asa Butterfield), de 16 años e hijo de una terapeuta (Gillian Anderson), se ve empujado a ejercer de ‘consejero sexual’ en su instituto.
Pero sus experiencias no giran solo en torno a estos asuntos, sino también sobre la búsqueda de identidad. Y muestra a unos chicos contagiados de los vicios del amor romántico y los excesos machistas del porno.
‘ATIPICO’
Sam Gardner (Keir Gilchrist), un chico autista, es el personaje principal de esta serie «de crecimiento personal», que ya va por su tercera temporada en Netflix y anuncia una cuarta y última para el 2021. Diagnosticado de TEA, está acabando el instituto y se plantea los retos de cualquier adolescente: ser más independiente y tener novia. Le cuesta comunicarse pero se abre al mundo con una abrumadora sinceridad y un sentido común a prueba de bombas. Y para entenderle mejor, la serie, que ha incluido a un guionista autista en su equipo, utiliza el recurso de la voz en off para contar la historia.
‘MERLI’
La filosofía es la herramienta de Merlí (Francesc Orella), profesor inconformista, provocador y carismático que no hace caso de las reglas establecidas. Esta serie de TV3 (ya disponible en TVE en streaming) muestra un tipo de maestro que no gusta ni a padres ni a compañeros de profesión. Sin embargo, sus alumnos, los peripatéticos, le ven como fuente de inspiración. Una de sus grandes luchas es la de hacerles entender la importancia de aceptarnos tal y como somos. Merlí estimula también a sus alumnos para que piensen libremente.Y su apuesta es utilizar métodos de enseñanza poco ortodoxos.
‘RITA’
Independiente, siempre dice lo que piensa, y es querida entre sus estudiantes. Así es Rita (Mille Dinesen), la profesora de esta comedia dramática danesa, ya en su quinta temporada en Netflix. El contrapunto lo ponen los adultos que la rodean: la percepción que tienen de ella no es la misma que la de sus alumnos. La serie tacha de mera estupidez algunas cuestiones consideradas progresistas. Desde el principio los malos son los padres.
Y toca también el acoso a los profesores, la integración de los estudiantes inmigrantes
o el aborto. Además, la serie es pro LGTBI; la protagonista mantiene una relaciónhomosexual.
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