Manolita, en la cárcel; ‘Amar es para siempre’

QUÉ HA PASADO

• Gorka se entera de que Maica estuvo embarazada.

• Benigna hace de Celestina entre Virginia y Fabián.

El regreso de Miguel resulta una sorpresa para Estefanía, pues esta vez viene a ayudarla: “Después de haberme dejado la piel por el Cesid me han despedido sin oportunidad de explicarme. Ahora estoy a tu lado”.

Entre tanto, Maica y Gorka pasan horas fantaseando con la idea de que su hijo esté vivo y recurren a Pelayo, amigo del padre de ella. Aunque en un principio este calla, por la promesa que hizo a Severino, los remordimientos pueden con él y se sincera.

“Tu padre creía que serías incapaz de salir adelante con un niño siendo madre soltera. No lo juzgues. Era otra época y solo buscaba protegerte”, comenta a la pareja, que plantea exhumar la tumba. “La iglesia hará todo lo posible por evitarlo”, asegura el sacerdote.

Animada por Benigna, Virginia se declara a Fabián, que la rechaza de manera educada: “Sor Merengue, no quiero compromisos. Siento si mi actitud te ha confundido alguna vez”. Más tarde, la chica conunica a Castro y Justo la decisión que ha tomado: “Fue un error cambiar de parecer. Mi destino está con las Clarisas. Voy a ingresar en el convento”.

En el barrio, empiezan los rumores sobre la detención de Manolita. Tras confirmarla con Cristina, Marce y Pelayo deciden silenciarlo: “Debemos abrir El Asturiano y seguir dando comidas”. En sus caras se refleja la preocupación y clientes de toda la vida, como Sebas, lo notan. Pronto, la abogada llama al bar.

“He conseguido hablar con Manolita. Mañana voy a Yeserías. Tranquilos, los tres sabemos que tiene un corazón de oro incapaz de disparar”, asegura, contradiciendo la firme versión de Beltrán. “El coronel afirma haber entrado a su despacho y ser testigo de cómo hirió de gravedad en una pierna a su hijo, Carlos, por ser el asesino de Marisol”, añade.

Quintero está centrado en un asunto más banal: detener el rodaje de la película que se rueda en el bufete, al basarse en un caso todavía sin sentencia. “Sería una locura continuar. Podría influir en el jurado”, discute con el director, que no está dispuesto a pararlo. “Llevamos mucho dinero invertido para que usted nos deje sin trabajo”, se planta.

Por su parte, Guillermo se entrevista con Esteban, el hermano de Estefanía, y mienta a esta sobre el lamentable estado en el que se encuentra después de haber pasado por el aislamiento: “Está fuerte y seguro de su inocencia”.

Por enchufe, Cristina también logra adelantar su visita a Manolita a Yeserías aunque al llegar se topa con un grave imprevisto: no recuerda nada de lo que sucedió en casa de los Martín Cuesta. “Solo sé que fui a limpiar y… ya. ¿Por qué me pasa esto? ¿Habré disparado yo?”, pregunta asustada.

Su amiga la abraza: “No, eso no. Alguien quiere hacérnoslo creer, pero demostraremos que es mentira”. Al volver, la abogada explica la situación a Marce: “Debido a un fuerte impacto, tu mujer sufre estrés postraumático. Al sentirse en una situación límite, su cerebro ‘olvida’ lo sucedido. Algunas personas logran recordar, otras no… Esperemos que ella lo consiga”.

Al enterarse de que Virginia piensa ingresar en a un convento, Fabián se enfada consigo mismo. “¿Podría convencerla de que se quede? La echaré de menos”, pide a Benigna cuando esta va a comprar el pan. Ilusionada por su historia de amor, lo intenta: “Hija, no te precipites y menos por un hombre”.

Por primera vez, Manolín se siente totalmente apoyado por su familia política mientras, al contrario, Carlos, es forzado por Beltrán a mantener la mentira.

Por fin, Manolita tiene derecho a una primera llamada telefónica y no lo duda. “Marce. ¿Me perdonas? Quizá fui yo”, llora desconsolada.

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