Promesas de amor; ‘La cocinera de Castamar’
QUÉ HA PASADO
• Doña Alba tuvo un romance con Enrique antes de morir.
• El marqués de Villamar es asesinado por orden de Sol.
Es una noche tranquila en Castamar, hasta que el duque decideacudir a la cocina en busca de Clara y no la encuentra. Siguiendo las indicaciones del servicio, corre a los jardines, donde la ve en el suelo inconsciente. De inmediato, la lleva hasta la habitación de invitados, a la que acude el médico. “Su estado es grave”, informa el doctor después de examinarla.
Los días pasan y don Diego no se separa de la cocinera, a quien confiesa su amor aunque duda de que pueda escucharlo: “Cuando despiertes todo cambiará, te lo prometo”. Doña Mercedes enfurece con la actitud de su hijo y lo acusa de haber perdido el juicio.
Durante la discusión, él admite su amor por la muchacha y le comunica su intención de anular el enlace con la señorita Castro. Desafortunadamente, esta también escucha las palabras de su prometido al acercarse al cuarto y se marcha preocupada.
Mientras tanto, doña Úrsula parece estar recuperando su autoridad en el servicio cuando consigue que Beatriz le confiese que vio al duque y a la señorita Belmonte besándose una noche. “Eres una mentirosa, eso no ha ocurrido”, le recrimina Elisa para defender a su amiga. Sin embargo, el ama de llaves cree conveniente comentar el rumor con su señora, que no tarda en tomar cartas en el asunto
Las noticias sobre la muerte del marqués de Villamar llegan a palacio. Todos lamentanla pérdida, pero se sorprenden al recibiruna carta en la que la viuda pide expresamente que no se guarde luto ni le hagan llegar sus condolencias.
Finalmente, Amelia se arma de valor y va en busca de la madre de don Diego para revelarle su estado: “Estoy embarazada”. Ella la tranquiliza asegurándole que será la próxima condesa de Castamar.
Sin embargo, Enrique vuelve a desestabilizarla presionándola para que la boda se organice cuanto antes.
Gabriel, que se siente cada vez más atraído por la joven, ya no sabe cómo esconder sus sentimientos. Para colmo, le inquieta la estrecha relación que tiene con el marqués de Soto. A Francisco tampoco gusta y asegura que lo ayudará a desenmascararlo.
La vergonzosa situación que vivió la marquesa Montijos en su último encuentro con el conde de Armiño ha hecho que reflexione. “No quiero verte más”, asegura. En cambio, él parece tener sus sentimientos más claros que nunca y le dice que no se separará de ella. Días después, y ante la perseverancia del joven, caerá rendida a sus encantos y retomará su apasionada relación.
La sentencia de muerte a Armando Belmonte está a punto de ejecutarse. Don Diego quiere hallar una forma de detenerla, peroestá tan centrado en Clara que no ha pensado el modo de liberarlo. Desesperado porque la joven no presenta mejoría, acude a la cárcelpara revelarle el estado de su hija: “Estoy intentando salvarla”. El señor le advierte de que no deben tratarla con quinina, a la que es alérgica, porque la llevaría a una muerte segura. El conde corre de inmediato a palacio pues es con eso lo que el doctor intenta curarla.
Elisa sufre por su amiga, pues se siente culpable de no ser ella quien está cuidándola y poco puede hacer para remediarlo. Angustiada, intenta refugiarse en Roberto.
Poco a poco, Enrique pierde poder y, aunque intenta disimular su preocupación, no lo consigue. Una visita inesperada al palacio de los Villamar le da nuevas esperanzas. La señora Montijos le facilita una carta en la que don Diego renuncia a todo para poder casarse con su verdadero amor.
Otro de los encuentros que se producen estos días son el de la reina y doña Mercedes. Esta llega para recibir consejo ante la inminente anulación de la boda. “No permitiré que un escándalo manche el nombre de Castamar”, asegura la soberana. Sin embargo, la carta que posee el marqués de Soto lo cambia todo…
En el servicio están preocupados por la vida de Clara y piensan en cocinar una receta para ella. La encargada de hacerlo es Carmen, quien siente una inmensa responsabilidad. Cuando Elisa se la hace llegar al duque, escucha al médico dar buenas noticias: “La señorita se pondrá bien”.
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