¿Talones agrietados? Cómo poner tus pies a punto después del verano

Pocas cosas dan más gusto que caminar descalza por casa o hacer lo propio sobre la arena. Lo malo es que esto que tanto placer da acaba pasando factura en forma de problemas, dermatológicos y biomecánicos. Los que tiene que ver con la piel son más que visibles. ¿A que alguna vez has sentido vergüenza al volver al trabajo y echar una mirada a lo que dejan al descubierto esas mules tan de moda? Sí, los talones secos y agrietados son la consecuencia de lo descuidados que hemos tenido a nuestros pies en vacaciones.

Como explica Víctor Alfaro, director general de Podoactiva, esto se debe a que hemos tenido los pies más al aire libre y en contacto con el calor, el agua, el salitre, el cloro, etc. “Al llevar durante el verano los pies más expuestos con sandalias y chanclas, el sol y el oxígeno ambiental hacen que su piel se sequen más. Aunque no se debe abandonar en verano, con la llegada del otoño hay que retomar el hábito de hidratar diariamente esta parte del cuerpo con cremas específicas, porque su piel es 50 veces más gruesa que la de la mejilla”, señala el experto. Y no solo eso, no pasarnos con el peso, evitar que estén en contacto con agua muy caliente y no abusar de los baños relajantes de larga duración también conseguirán que mantengamos la piel de los talones suave y elástica.

Otra cosa, si en vacaciones no te has quitado los tacones en ninguna de tus salidas nocturnas o te has enfundado esos bonitos zapatos durante el día para hacer turismo pese a que se te hinchan los pies como un globo con el calor, habrás sufrido más de una rozadura. No persistas en el daño, es hora de que tomes conciencia y renuncies a tendencias en favor de la comodidad y la salud de tus pies. Masajéalos al terminar el día y dales un descanso poniéndolos durante unos minutos en agua fría para favorecer la microcirculación de la zona. Y si cuando te has quitado el esmalte después de cuatro semanas sin dejar respirar a las uñas –ya era hora– estas aparecen uñas amarillentas, olvídate de la laca por un tiempo y ve al podólogo para saber si tienes hongos que tratar.

Hasta aquí los asuntos dermatológicos más urgentes, pero es por si esto no fuera suficiente para afear tus pies, Alfaro, podólogo del Real Madrid y la Federación Española de Atletismo, alerta de posibles problemas biomecánicos que puedes haberte traído a tu regreso. “El uso de calzados como sandalias sin sujeción o chanclas que no están diseñadas para caminar puede producir patologías como la fascitis plantar, una de las más frecuentes en esta época. Por ello, es importante usar zapatos que tengan cierta estabilidad y con algo de sujeción en la zona del talón”.

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A estas alturas estarás pensando que menos mal que has aprovechado la bajada a la playa para hacerte unos largos… Pues a lo mejor ha sido contraproducente. El especialista recuerda que si son paseos cortos está bien, pero “no tenemos que abusar, ya que al caminar descalzos por la arena se genera un mayor gasto de energía y una mayor tensión en la polea muscular posterior de la pierna, favoreciendo la aparición de sobrecargas musculares en el tendón de Aquiles, soleo, gemelos e isquiotibiales y en las lumbares”.

Conclusión, si notas algo raro, lo mejor es que acudas al experto al terminar las vacaciones para que revise tus extremidades y te haga un estudio de la pisada. ¡Ahora ya sabes todo lo que tienes que hacer para enseñar unos pies tan suaves como los de un bebé y pisar fuerte!

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