Por qué ninguno de los jueces de La Voz se dio la vuelta cuando cantó Mercedes Ferrer, la estrella rockera de los 80 que no ha abandonado el rock a los 50
Está claro: La Voz tenía que dar una paso adelante en su novena edición, en un momento complicado para los ‘talents’ musicales, pues todos han perdido ya el factor sorpresa que los convirtieron en una valor seguro en la competición entre las cadenas. La apuesta, en principio, es ganadora, pues el equipo de jueces es de primera fila: Alejandro Sanz, Pablo López, Antonio Orozco y una Laura Pausini que seguramente va a dar más juego (en positivo) que la incomprendida Paulina Rubio.
El desapego y la frivolidad de la mexicana no tienen nada que ver con el ingenio y la pasión de la italiana, aunque fue precisamente Pausini la que más metió la pata ante la sorpresa que el programa tenía reservada a su audiencia: la aparición como candidata de Mercedes Ferrer, una estrella en los 80 y 90 y, probablemente, entre las tres mujeres del rock más importantes de la escena musical española.
Con la rivalidad entre Telecinco y Antena 3 más competida que nunca, La Voz prepara una edición plagada de sorpresas, entre ellas presentar voces que han triunfado en la industria y que, por algún motivo, han perdido la pista al éxito. Una de ellas fue Cristie Sánchez, concursante de «Operación triunfo» en 2002 que sacó su disco (Pablo López le hacía coros entonces) y llegó a cantar con Antonio Orozco el hit «Pedacitos de ti». La otra fue Mercedes Ferrer, cantante con Nacho Cano de uno de sus más grandes éxitos, Vivimos siempre juntos», pero ya antes cantautora fundamental en los años 80 y rockera a la altura de Luz Casal. Hoy sigue en activo gracias a sus fieles fans, que siguen acudiendo a sus conciertos y hasta han financiado en un crowfunding su último disco, «C + V» (2018).
Cuando Mercedes Ferrer comenzó a cantar su canción, la reacción de los jueces fue variopinta pero reveladora. Pablo López, probablemente el que más cultura y memoria musical tiene en el jurado, reconoció inmediatamente la canción y hasta apuntó que la candidata la intérpretaba igual que en el original. «¿Es ella?», se preguntaba Pablo. «¡Qué buena es!», repitió. Alejandro Sanz, más prudente, repetía: «Esta canta bien. Esta canta bien». Y entre frase y frase, Laura Pausini dictaminó: «Parece la voz de una señora grande». Efectivamente, Laura, muy grande. Casi, casi, la más grande del rock español, con permiso de Luz Casal, Aurora Beltrán y las hermanas Llanos de Dover. De todas ellas, solo Mercedes Ferrer puede presumir de seguir en activo en los escenarios sin tener que apearse del género, probablemente uno de los más difíciles para las mujeres.
Era imposible que La Voz, un programa que en teoría va buscando voces únicas, eligiera a Mercedes Ferrer. Su sensibilidad no pertenece al desgarro emocional que estos jueces van buscando, un desparrame o una sutileza capaz de provocar lloro y moco. ¿Estaría ya pactado de antemano que no debían darse la vuelta? Sea como fuere, poco podrían haber mejorado una de las voces más personales del panorama musical español, con más años de experiencia que el mismo Alejandro Sanz. ¿Por qué acudió, entonces, la cantante? Probablemente, para empujar un poquito más su carrera: esos minutos de televisión valen oro para los músicos que ya no tienen 20 años ni participan en ‘realities’ o se llevan de calle Instagram y TikTok. Dejó lo más grande: una clase y un estilazo que ni todo el éxito del mundo puede comprar.
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