Así fue la extravagante boda de Maradona en 1989: tarta de ocho pisos, tiara de diamantes y Fidel Castro como invitado
“Queremos una fiesta común de casamiento, como cualquier pareja” rezaban los novios, que terminaron gastando en la celebración más de 2 millones de dólares en uno de los momentos de crisis económicas más graves del país suramericano. En medio de críticas de la prensa italiana y argentina, el futbolista pagó una fortuna por una de las más grandes celebraciones de su vida.
La productora de cine independiente Avalon estrenó en julio de 2019 un largometraje que recopila más de 500 horas inéditas de Diego Maradona en su etapa en el Napoli. El filme británico, producido por James Gay-Rees y Paul Martin y dirigido por Asif Kapadia, recorre las andanzas del jugador, tanto fuera como dentro del campo de juego, incluido uno de los eventos más polémicos y llamativos de su fase en la plantilla del equipo italiano: la majestuosa y extravagante boda con su novia de toda la vida, Claudia Villafañe. Repasamos los detalles más importantes de la polémica y millonaria celebración, a la que fueron invitadas figuras como Fidel Castro, Fito Páez y Alfredo di Stefano.
Fiesta, música, alcohol, despilfarro, mucha polémica y hermetismo fueron los protagonistas de la boda de Diego Maradona y Claudia Villafañe –a la que no tuvo acceso la prensa en aquel momento–. Después de 10 años juntos y dos hijas en común, la pareja celebró una de las uniones nupciales más comentadas de Argentina. El deporte, las celebridades, la política y el poder se reunieron la tarde del 7 de noviembre de 1989 para enlace en la Iglesia del Santísimo Sacramento de Buenos Aires.
Ataviada con un majestuoso atuendo –digno de la realeza–, la novia hizo su entrada triunfal mientras el coro sacro entonaba el Ave María. El impresionante diseño de manga larga y extensa cola, a cargo de la diseñadora de moda del momento Elsa Serrano, requirió 800 cristales de roca, 1.500 piedras preciosas y 5 kilos de canutillos de cristal provenientes de Francia. Con los materiales de la mejor calidad, que habían sido solicitados de las fábricas más importantes de Europa, la diseñadora creó un vestido de ensueño para la novia. Como complemento del sublime traje, Villafañe llevó una tiara de diamantes y perlas engarzadas de oro blanco.
La opulencia y el lujo de la celebración no se podía quedar solo en el vestido, el futbolista argentino le había prometido a Villafañe que la celebración sería lo más suntuosa posible, por lo que para el gran festejo, los novios escogieron el tradicional estadio cubierto Luna Park. El escenario deportivo por el que habían pasado Frank Sinatra, la cantante estadounidense Liza Minelli y el papa Juan Pablo II, se transformó en un ostentoso salón de fiestas ideado por Miguel Ernesto Caldenley. Incluía un gran escenario para los recién casados, todo el piso enmoquetado en gris y una monumental araña central de seis metros de alto y 12.000 bombillas.
Entre las 1.200 personas invitadas a la boda del año en Buenos Aires, se encontraban Mauricio Macri; Carlos Menem, presidente de Argentina en aquel momento; Fidel Castro; el cantante Fito Páez; Guillermo Coppola, manager entonces del futbolista; Alfredo di Stefano y toda la plantilla del Napoli. A los últimos les contrató un vuelo charter desde Italia para que no se perdieran la celebración.
A las 12 de la noche, Maradona y Villafañe hicieron su entrada triunfal al ritmo del Himno de la Alegría de Beethoven y Aleluya de Haendel. Un par de horas de después, se sirvió el lujoso buffet con canapés de caviar, salmón ahumado, trucha, palmitos, jamón serrano, langostinos y una mesa de quesos.
De la comida muchos recuerdan, también, la enorme tarta de ocho pisos con 100 cintas blancas colgando que sujetaban 99 anillos de oro amarillo y un anillo con diamantes. La afortunada: Claudia, la hermana del astro del fútbol.
La música estuvo a cargo de los mejores Dj de la época. La épica fiesta no se pudo quedar sin una pelea, protagonizada por uno de los cuñados de Maradona.
Sin dejar de lado ningún detalle de la preparación del evento, la novia seleccionó una extensa y costosa lista de regalos que incluía una cabeza de caballo tallada en cristal de 11.000 dólares, vajillas de 4.000 dólares o cinco botellas miniatura de Venini.
A las 7 de la mañana del día siguiente, los recién casados abandonaron el estadio tras horas de álgida y desenfrenada celebración. Poco más tarde, abordaron un jet privado en dirección a Capri junto a sus dos pequeñas hijas y un selecto grupo de amigos.
Artículo publicado originalmente el 14 de julio de 2019.
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